viernes, 10 de abril de 2009

Derechos Humanos y Seguridad

aportes para la vigencia del derecho humano a la seguridad

“Derechos Humanos es la seguridad juridica de los mas debiles”

Los dos términos del titulo para muchos, desde ambos lados de la discusión, aparecen como paradojales o contradictorios. Pareciera que la vigencia de un tópico significa el déficit de otro. Esta situación genera prejuicios y preconceptos entre las organizaciones que dan preeminencia a alguna de las dos. Para unos los organismos de derechos humanos “solo defendemos a los delincuentes” o son “Garantistas” y para los organismos de DDHH las otras organizaciones son fascistas, autoritarias o “reduccionistas”, generándose una separación maniqueísta artificial. Es insensato expresar que la defensa de “unos” significa la desprotección “del resto”. Lo que en realidad existe es una diferente visión respecto a los factores, causas, soluciones, herramientas y límites legales para bajar los índices de inseguridad, que sufrimos todos.-
Pero de que hablamos cuando hablamos de seguridad? Aquí voy a realizar el mismo recorte que realiza la mayoría de la sociedad y los medios de comunicación, es decir solo voy a tomar los delitos comunes (Hurto, robo, homicidio, etc) no tomando aquellos delitos como corrupción, administración fraudulenta, evasión impositiva, apremios, falsificación de medicamentos, mala praxis, accidentes de transito, etc que parecieran que no entrarían en la discusión publica y social ni en los índices de Inseguridad. Si bien no acepto que estos delitos no ingresen dentro de la discusión de la problemática, aun así me someto a discutir con el recorte impuesto. Evitaré caer en explicaciones académicas de la problemática tal como plantear cuestiones de control social, selectividad penal, ultima ratio o abolicionismo, que escapan al motivo del presente; que, aun cuando comparta técnicamente los supuestos teóricos, no pareciera que incorpore mucho a la discusión y a la búsqueda de soluciones de la problemática y alimentaría mas aun el prejuicio que se tiene respecto a los activistas de derechos humanos. Tampoco quiero brindar una explicación socio-económica unicausal del delito, en tanto que de tales hipótesis se derivan propuestas muy vagas o generales –por ej.: mejora genérica de las condiciones socio-económicas de la población- poco útiles para una efectiva intervención en la temática.- Pero mas aun, puede ser mal entendida -no por sus sostenedores- como racista y discriminatoria, ya que ve en toda persona pobre un delincuente o un potencial delincuente. Por lo demás, no explica las conductas delictivas en los países económicamente prósperos.
Lo que pretendo, desde nuestra posición, es que socialmente y públicamente se discuta el tema de la seguridad ciudadana en forma un poco más profunda, responsable y en un marco que reconozca la complejidad de la temática.
La respuesta trivial y ligera, comúnmente comienza y termina en mas vigilancia, - mas policías, mas patrulleros, ahora cámaras y mañana mas cámaras, etc,- y consecuentemente, apareja propuestas de soluciones superficiales desde un paradigma Represivo/defensivo. Es decir una política del delito consumado. Que en el mejor de los casos –aun no lo ha logrado- puede bajar los altísimos niveles de impunidad pero nunca los niveles de delitos. Paradojalmente, es ésta ineficiencia uno de los principales argumentos de sus sostenedores para su multiplicación y extensión. Por ultimo, éste paradigma tiende a buscar soluciones únicamente en las “Instituciones de seguridad” (Policía, Cárcel, Poder Judicial).
Por ello, trataré de exponer, solo enunciativamente algunas problemáticas o puntos que no se discuten normalmente que se encuentran mas vinculado a un paradigma preventivo/inclusivo. Este paradigma tiende a buscar soluciones que comprendan la diversidad de factores de la temática y consecuentemente, exige el compromiso coordinado de todas las Instituciones del estado, así como de responsabilidad social.
Como por ejemplo:
1.”Quien compra las cosas robadas” , es una discusión que no se dá cuando charlamos de la inseguridad y pareciera esconder cierto cinismo social. Es casi, tautológico, se roban cosas que posean valor, justamente por que se puede ganar mas vendiéndolas, pero quién compra esas cosas de valor. Me arriesgo a decir que es la clase media y media alta y alta, la única que posee la posibilidad de comprar bienes de valor. Mas aun cuando se roban artículos específicos, por ejemplo, motovehiculos, fertilizantes, tractores, quien puede comprar esos determinados bienes?. Creo que nos debemos un sinceramiento y un compromiso de no adquirir bienes robados o de origen sospechoso. Personalmente, ratifiqué tal compromiso luego de haber sido robado.-
2. “La inseguridad afecta toda la comunidad, pero particularmente a los sectores pobres”. Muchas veces se plantea la discusión pública como la inseguridad de determinados sectores sociales, cuando desde lo estadístico y desde el sentido común, surge que los sectores mas vulnerables al delito son los sectores de escasos recursos económicos. Los grupos con mayores posibilidades económicas tienen mayores posibilidades de contratación de seguridad, rejas, alarma, serenos, policía privada, etc. La falta de prevención en las políticas publicas de este tópico, deriva en discriminaciones geográficas al momento de brindar y distribuir la seguridad publica. Es decir el delito no discrimina, la Policía, sí.
3. “La relación que existe entre adicciones y delito”. Los que nos movemos en el ambiente penal, pero también la mayoría de la sociedad presupone que debe haber una vinculación directa entre las adicciones –drogas- y los delitos y es así. Mas aun, aquellos delitos violentos que mas enervan a la sociedad, son aquellos que para apoderarse de un valor económico mínimo se ejerce una desproporcionada e irracional violencia, “por 20 pesos casi lo mata”. Me permito solo una digresión, algunos discursos parecieran decir que si fuera por más dinero se hubiese justificado la violencia. Volviendo al tema, es obvio que en tal irracionalidad y desproporcionalidad existe detrás una problemática de adicción, es decir a cometido el delito drogado o en ocasión de droga o para adquirir droga. Si es así, porque vemos que no hay políticas publicas destinadas al tratamiento de las adicciones de nuestros jóvenes? Aun como una política de prevención del delito? Porqué cuando exigimos seguridad no planteamos políticas publicas eficientes para enfrentar tal problemática?
4.- Para qué están las Cárceles .En éste tema estamos todos de acuerdo en “el ser” y en el “deber ser” de dicha Institución. “Es” un depósito de personas y “debería ser” una institución de resocialización o de readaptación. Así también acordamos que el sistema carcelario actual es criminogeno. Es decir que genera y reproduce delito. Como reza un popular refrán “De la cárcel el bueno sale malo, y el malo, peor”. Porqué entonces seguimos insistiendo en el mismo sistema y toleramos que se inviertan importantes sumas de dinero en lugares ineficientes para la readaptación de las personas allí detenidas?. Y porque se acusa a los activistas que pretenden humanizar las cárceles, “de defensores de los delincuentes” si en definitiva están luchando por que la carcel cumpla con sus objetivos impuestos legalmente?.-
5.- De donde salen las armas. Muchas veces las consecuencias no queridas del discurso tradicional de la seguridad apunta a la autodefensa de las personas y a la privatización de la seguridad. Con lo cual exigen la flexibilización de las formalidades para la adquisición de armas de fuego que a su vez genera un gran mercado que hace más accesibles los precios de las mismas. Esto obviamente, además de la dudosa eficacia del modelo de la autodefensa, produce mayor circulación de armas en la sociedad y su falta de control. Esto sin considerar aquellas armas de fuego que se secuestran y luego vuelven al mercado delictuoso. Como ejemplo de máxima de este discurso serian las siniestras y terroristas Autodefensas Unidas de Colombia –AUC-.-
6.- Sobre el profesionalismo de la Policía. No se discute el pobre nivel de profesionalismo de la policía ni como se investiga. Muchos ciudadanos legos se sorprenderían negativamente de conocer cómo y con que la policía investiga los delitos?
Como? Fundamentalmente mediante “el buchon” rentado, con “el sopapo” –apremios-, con álbumes fotográficos ilegales y con la utilización “extorsiva” de la detención de personas. Por ello, cuando los delitos se escapan de la lógica de éste método es imposible la investigación y están destinados a quedar impunes. Con qué investiga la policía? Con una precariedad y desactualización total de elementos científicos, técnicos y operativos, con recursos humanos sin derecho a su capacitación, sin reconocimiento gremial, ni remunerativo acorde. Por ello, tal vez no se trate de un problema cuantitativo sino cualitativo.
7.- La Justicia actualmente depende de la investigación policial. Estrechamente relacionado a lo anterior y con los déficits de investigación indicados, depende directamente la pesquisa y detección de delitos el Poder Judicial. Hasta hace muy poco absurdamente los Jueces de Instrucción realizaban la investigación, corregido ello, aun queda la dependencia casi absoluta de los Fiscales respecto a la investigación Policial. Compartiendo, también el Poder Judicial, la ineficacia frente a la criminalidad compleja. Ésta relación de “dependencia operativa”, en muchas ocasiones, genera impunidad frente a los delitos cometidos por las fuerza de seguridad en ocasión de sus funciones.-
8.- Cuando la “Vida” es el bien jurídico protegido. Aquí también aparecen ciertas contradicciones en la sociedad, cuando reclama seguridad generalmente se habla de la protección de la vida, que es el valor jurídicamente protegido por el delito de “homicidio”. Cuando en realidad se pierde de vista que argentina es uno de los países con menor porcentaje de homicidios de Latinoamérica y de algunos países del primer mundo, y esta misma Argentina tiene uno de los índices mas altos de muerte en accidentes de transito (35 muertes diarias). Por lo que, es estadística y empíricamente muchos mas probable que perdamos la vida por un automóvil o un colectivo que por un homicidio. Y sin embargo axiologicamente es más negativo e influye mucho mas en los índices de inseguridad y por ende la sociedad exige mayor severidad en el tratamiento del homicidio. Resignando su enérgica exigencia cuando el “valor vida” es aun mas vulnerado en el caso señalado.-
Cada uno de los puntos reseñados y aun otros, pueden ser más desarrollados, pero en vista a los propósitos del presente artículo creo haber cumplido minimamente con acercar otros ejes a la problemática de la seguridad/inseguridad para aportar al enriquecimiento de la reflexión, a la búsqueda de políticas responsables y soluciones efectivas para la protección de los derechos de todas las personas.-


German Dario Martin
Abogado